jueves, 28 de julio de 2011

LOS BOLOS: NUESTRO DEPORTE ANCESTRAL

      Teniendo como telón de fondo el bello e incomparable parque municipal del Soto (tantas veces elogiado y nunca suficientemente apreciado y desarrollado), ¡cuántos decires se agolpan en mi mente a la hora de redactar esta "entrada" de blog! De entre todos ellos, uno se me ofrece como el más adecuado para la ocasión: "Es de bien nacidos el ser agradecidos".

     Agradecidos, en primer lugar, a nuestros más remotos antepasados por habernos legado este hermoso, noble y gallardo "deporte de la media bola", al calor de la tertulia animada por la jarra de vino y el escabeche, en las plazuelas y solaneras de nuestros pueblos montañeses y parameros. Y es que nuestra geografía leonesa resulta inagotable en tradiciones y ritos de rancia raigambre.

     Agradecidos, también, a las instituciones públicas (Junta, Federación, Diputación, etc.): horas y horas de promoción y esfuerzo altruista en favor de nuestra vieja costumbre bolera: la "bola alta y bordada", o "renterona", "a tornillo", el "birle certero", el "once limpio" o "con pique"... ¡Toda una filosofía popular y un lenguaje chapuzado en solera!
     Agradecimiento a los medios de comunicación (televisión y prensa -en la que me incluyo-), aunque no parecen ocuparse tanto como se merece este "nuestro deporte", y se ocupan más de otros "chascarrillos" que nos separan más que nos unen.
     Acepto el reto que supone ser "juez y parte". Como corresponsal de prensa y presidente del Club EL SOTO A.D. ((Boñar), quiero hacer una llamada a la concordia, al respeto por nuestros paisanos que discuten (pero dialogan) en el castro de bolos, en el "foro social de la bolera" -como lo llama J. Colín-.
     Y, ¿cómo no?, mi agradecimiento especialísimo al Ayuntamiento de Boñar (a todos los alcaldes de la democracia sin excepción): por su apoyo incondicional y su colaboración económica e institucional. El ayuntamiento somos todos. Señor alcalde, reconozca conmigo que todavía hay paisanos dispuestos a arrimar el hombro. En su nombre (y sin que suene a suplantación de autoridad), déjeme que les diga, sencillamente: Gracias cordiales, paisanos.




Concurso de la Copa Diputación, disputada en Boñar (23-07-11)

lunes, 18 de julio de 2011

SAÚL O "LA ALEGRÍA DE SU HUERTA"


      Hoy traigo a LA ESCUELA DEL NEGRILLÓN a mi vecino, SAÚL SÁNCHEZ, viudo nonagenario, henchido de humor y ganas de vivir. Hace unos días, me confesaba: "Mi santina (su mujer), cuando ya estaba muy malina y a punto de morir, me dijo: ahí te queda la tierra; cuídala porque, aunque no te dé de mamar, te dará trabajo y buenos frutos". Y claro que no se equivocó la buena de CONCHITA, mujer intachable, trabajadora y sencilla, fallecida hace unos nueve años.

     En la entrada de la vivienda y grabado sobre el cemento, figura el año de su construcción en números romanos (MCMLX). O sea, medio siglo largo de trabajo en la creación de una familia, con un hijo y una hija -padres de familia los dos- que le han dado a Saúl tres nietos.
Su huerta es un vergel, un "paraíso terrenal" (y no exagero), envidia de cuantos pasan por delante de su casa, en el nº 14 de la calle Juan-Antonio Fernández. A ella le dedica las veinticuatro horas del día, en primavera, verano y otoño (el invierno, aquí  en nuestra zona, suele ser muy duro); no le ahorra ningún tipo de cuidados y la mima con esmero. Abunda en variedad de hortalizas (patatas, berzas, lechugas, acelgas, tomates, cebollas, zanahorias...) y variedad de flores.

     En el centro de la huerta, ha colocado una imagen de la Virgen (su otra "Santina"). Y ella no le abandona ni de noche ni de día. Hombre creyente (a su manera) y dotado de una memoria portentosa, sabe de coplas y "decires" más que nadie.

     Vive solo en su casona de dos plantas y, cuando los fríos se hacen sentir -incluso ahora en verano-, el humo de la chimenea de ladrillo se expande por el ambiente con olor a carbón (como el que él arrancaba con sus propias manos en los años jóvenes como entibador en Sabero).

     Saúl es hombre dialogante, risueño y desprendido, generoso con los vecinos y visitantes que se detienen a charlar un rato con él. Con los 90 ya cumplidos y a medio año para cumplir los 91, amigo Saúl, te deseo salud y humor en tu longevidad. Y que tus dos "santinas" te sigan cuidando con mucho cariño.

 

jueves, 7 de julio de 2011

ALEGATO CONTRA LA ENVIDIA (Uno de los pecados capitales de ámbito nacional)

      Metidos de lleno en el estío caluroso, y cuatro años después del 25 aniversario de nuestro CLUB DE BOLOS "EL SOTO", en el silencio de la noche me siguen viniendo a la memoria ciertas reflexiones sobre el pasado, más o menos inmediato.

     Una primera pregunta reflexiva es ésta: ¿por qué ciertos "personajillos" (principalmente de la vida política) tratan de apropiarse de los logros ajenos como si fueran éxitos propios? Y viene esto a cuento a propósito de las diversas inquietudes, culturales y deportivas, alentadas e iniciadas durante la última etapa sociopolítica posfranquista.

     A comienzos de los años 80, en plena efervescencia del Centro Municipal Homologado de BUP-COU "Pablo Díez-Rosario Guerrero", este modesto profesor tuvo la feliz idea de poner en marcha un proyecto de difícil acrónimo (SORECULDENE), para animar el ambiente local, un tanto ingenuo en los comienzos de la democracia. El proyecto prometía, y hasta funcionó con sus "pros" y sus "contras", hasta que aparecieron en escena algunos "trepas" (y "topos") con no sé qué aspiraciones de sesgo politiquero.
     Esto nos llevó a tener que reorientar los tiros y a dejar lo cultural a un lado para centrarnos más en lo deportivo. Los BOLOS fueron una excusa para reproyectar nuestras iniciativas ubicándonos en EL SOTO, esa "joya verde" (a medio explotar entonces, y hoy muy remozada). De esa forma surgió el CLUB DE BOLOS "EL SOTO" (constituido ante notario en el año 1984), y abierto a otras secciones del deporte: tenis, fútbol, fútbol-sala, baloncesto, etc. Eso sí, contando en todo momento con los motores de arrastre: los socios fundadores de nuestro sueño, bautizado inicialmente con el raro nombre de SORECULDENE (Sociedad Recreativa, Cultural y Deportiva "Negrillón"). En cierto modo, tuvimos que sustituir el viejo y querido Negrillo por la chopera del Parque Municipal "Félix Población Población" (auténtico y verdadero descubridor de este incomparable paraje de unos 400.000 - 500.000 metros cuadrados -incluyendo ambás márgenes del río Porma-).
     A pesar de la mirada "envidiosilla" de algunos munícipes locales, fuimos capaces de construir con nuestras propias manos una CASONA de 40 metros cuadrados interiores, a dos vertientes, con salón (y estufa francesa incluida), aseo y almacén, que suscitó la admiración de cuantos nos visitaban. Así se hizo realidad nuestro domicilio social (hasta el día de hoy), contando por supuesto con la autorización y colaboración económica del Ayuntamiento (distintos alcaldes y corporaciones).
     Tras esta primera reflexión (probablemente, larga), se me ocurre una segunda pregunta: ¿Es posible seguir soñando hoy?
     Las circunstancias me obligan a ser optimista. Coincidiendo con una nueva corporación (relativamente joven) y pendientes de la remodelación completa de los dos castros en el espacio cubierto del Mercadillo, pienso que es el momento adecuado para relanzar la vida socio-cultural y deportiva de nuestro municipio, precisamente porque hoy contamos con mejores medios y una infraestructura muy remozada (a pesar de la crisis demográfica que se cierne sobre nuestra comarca).
     Necesitamos tirar de los recursos turísticos y comerciales, aprovechar el reclamo que Boñar sigue despertando para que esto no quede reducido únicamente al ambiente veraniego y de fin de semana, y tener que vegetar el resto del año. Busquemos nuevos "motores de arrastre" que sean capaces de contagiarnos de esperanza en un futuro inmediato prometedor. Basta con intentarlo. Es posible el resurgimiento de nuestra zona.
     Vaya por delante mi colaboración como presidente del CLUB EL SOTO A.D. Sin lugar a dudas, uno de los mejores tesoros que podemos legar a nuestros descendientes es éste: el deporte sano, la cultura del ocio civilizado y la defensa a ultranza del medio ambiente. Hoy que están de moda las Ciencias Mediambientales, pensemos que EL SOTO es nuestro "pequeño pulmón" en la promoción medioambiental. Animo y... ¡a la acción!


Instalaciones del CLUB DE BOLOS "EL SOTO"