sábado, 28 de marzo de 2020

A DON CARLOS SANTOS VEGA: "IN MEMORIAM"


       Queridísimo e inolvidable DON CARLOS:


       No me resulta fácil resumir en unas pocas líneas la extensa y profunda relación de amistad y cariño que mantuvimos desde tus comienzos sacerdotales en Vegaquemada, allá por la década de 1960. Vino luego tu larga estancia en Santibáñez de Porma hasta que, en 1980, el señor obispo te destinó a la parroquia de Boñar; con nosotros estuviste hasta el año 1997, diecisiete intensos años. Desde entonces, permaneciste ejerciendo tu misión parroquial en Jesús Divino Obrero (León).

       Además de nuestro contacto diario en las ceremonias religiosas a través del Coro Parroquial, formaste parte también del claustro de profesores del Centro Municipal Homologado "Pablo Díez-Rosario Guerrero", bajo mi dirección durante la década de 1979-89. Después, ambos en León, seguimos  viéndonos esporádicamente; no obstante, el aprecio mutuo se fue reforzando cada vez más.

      En el capítulo familiar, conservo un montón de recuerdos: bautizaste y diste la Primera Comunión a mi hijo Álvaro y, en la misma pila bautismal, recibió el Bautismo mi nieto Martín. Asimismo, concelebraste en la boda de Inés-Álvaro en la Iglesia de San Marcos (León). Hasta aquí, nuestra breve pero estrecha historia personal.

      Coincidiendo con la difícil situación de confinamiento vírico, tengo que decirte que Facebook está que arde: todos te recuerdan y te quieren, y eso solo les ocurre a las PERSONAS BUENAS, COMO TÚ. Yo espero que, cuando todo esto acabe, podamos rendirte el homenaje y Misa de Funeral que tú tienes merecidísimos. Hasta entonces, D.E.P., apreciado PÁRROCO DE BOÑAR.

ALGUNAS FOTOS DE MOMENTOS HISTÓRICOS



      Dos Pastoradas: 1980 (I) y 1988 (D).
















Bautizo de MARTÍN (10-05-2008)





Boda de INÉS-ÁLVARO (I) y placa en la Iglesia de OVILLE.




Y LLEGÓ LA HORA

Aunque ya estabas alerta
y con la salud quebrada,
nos has sorprendido a todos
en este estado de "alarma".
Tú, que has rezado mil veces
en la misión sacrosanta,
nos has dejado una herencia
para cumplir la demanda:
Una vida de cristianos,
peregrinos sin posada,
que avanzamos hacia el Padre
hasta la eterna morada.

Tu muerte nos entristece,
pero a la vez nos emplaza
tu recuerdo cariñoso,
tu entrega y tu fe sin tacha.
En los bautizos y bodas,
en funerales y en galas,
siempre estuviste dispuesto
a velar por nuestras almas.

Hoy rezamos por la tuya,
para que encuentre su casa
en la mansión de Dios-Padre,
que nos quiere y que nos ama.
¡Señor, te lo encomendamos,
acógelo en tu Palabra,
que nos guía y nos protege
y que sacia nuestras ansias!


Amén.



Los componentes del CORO PARROQUIAL DE BOÑAR te despedimos con esta bella canción.

martes, 24 de marzo de 2020

MIS REFLEXIONES DESDE EL CONFINAMIENTO DOMICILIARIO (3)


¿Cuándo volveremos a la normalidad?

       De entrada y después de una semana larga de reclusión doméstica, vayamos a la frialdad preocupante de los datos. A día de hoy, en España, son los siguientes: 33.089 (infectados por el virus), 2.182 (fallecidos) y 3.355 (altas). Sin entrar en porcentajes ni discusiones entre los representantes de los distintos estamentos políticos e instituciones profesionales, resulta evidente que todavía no hemos alcanzado el pico de la curva -según nos comentan los entendidos- Seguimos estando en una especie de nebulosa, sin saber cuándo podremos recuperar la normalidad cotidiana. Mantengamos la esperanza de que ¡TODO VA A IR BIEN!
      Con mi agradecimiento sincero a todos los que se están volcando en la lucha diaria contra esta pandemia furibunda, vuelvo a subirme a la columna periodística de mi hijo Álvaro para descubrir lo que se esconde DETRÁS DEL TÚNEL.




       "Tienen en la flor los cerezos ya el azúcar que nos silabeará entre los dientes cuando juguemos con la pepita para anunciar la llegada del verano. Todo lo que vendrá en la estación siguiente se alumbra ahora que no nos damos cuenta de que la primavera ha entrado discreta por una esquina del escenario para no molestar, como un personaje secundario que quisiera saltarse el diálogo de su escena. El equinocio venció la hoja del calendario el viernes sin que advirtiéramos si este año había pasado por delante de la ventana para espantarnos la modorra la mariposa que hace de heraldo cada año por estas fechas. No la vimos esta vez. Nos perdimos el aleteo que avisa de que, en el horizonte de la ciudad, donde el monte se enciende para imitar los tonos de los atardeceres, las lamparillas se grapan a los brezos, saltan por los acantos verdeados y beben a morro del cáliz que desparraman boca abajo las campanillas por las camperas. Estábamos muy ocupados, ahora que sólo somos capaces de advertir los tonos de luto que nos han emborronado el horizonte para que creamos que nos quedaremos a vivir por siempre en esta estación. No es verdad: la primavera está detrás.

      La primavera bulle en las ventanas, que han invertido el oscilo de sus hojas para abrirse hacia afuera. Cada tarde, la comunidad, camuflada hasta ahora entre la maraña de fachadas que escondían personas que no conocíamos, ensaya el potencial que tienen dos manos cuando resuenan acompasadas para componer un chaparrón de aplausos que se derraman por la ciudad para homenajear a quienes cuidan de nosotros. La fuerza desafía al miedo que nos causa haber descubierto, después de siglos de desarrollo y avances tecnológicos, de inventos e investigaciones, que SOMOS VULNERABLES ante el mismo enemigo que liquida civilizaciones desde antes de que empezáramos a contar los años hacia adelante. La crisis nos concede una oportunidad para reorganizar la escala de valores que habíamos pervertido con la priorización del individualismo como piedra filosofal, con los objetivos de luces cortas que ahora solo nos dejan ver la oscuridad que aún queda por delante en este túnel que parece interminable. Pero no es verdad. Detrás del esfuerzo de millones de personas, vuelve a salir el sol. Cuando llegue esa primavera, saldremos de casa."


      


jueves, 19 de marzo de 2020

MIS REFLEXIONES DESDE EL CONFINAMIENTO DOMICILIARIO (2)


EL NEGRILLÓN y el MARAGATO,
dos víctimas más de la pandemia vírica. 










       Después de unos días de reclusión domiciliaria, hoy, día de SAN JOSÉ (FIESTA DEL PADRE) he sido felicitado telefónicamente por mi nuera, mi hijo y mis nietos Martín y Mateo. Y todo como consecuencia del intempestivo CORONAVIRUS, que no nos permite ningún tipo de celebración festiva familiar. Tenemos que conformarnos con ver la calle desde la ventana.

         Los que ya peinamos canas -nos dicen- somos más vulnerables ante la pandemia vírica. Por eso, comparto con mi hijo Álvaro su última columna periodística (TRANCA POR DENTRO), al tiempo que sigo siendo respetuoso con la cuarentena pandémica. ¡Ánimo y fuerza a todos para seguir luchando!


La calle, vacía, desde mi ventana.








       "A mí no me va a pasar... La frase, escondida en la conversación de la última semana detrás de los estudios que fijan que la mortalidad ronda el 2%, que su incidencia es muy inferior a la gripe común, que se ceba con los ancianos y las personas con patologías, se nos ha atravesado en medio de la realidad para mostrarnos que no vivimos solos. El aleteo de la mariposa en China, que ha mutado de metáfora a modelo para interpretar la realidad, nos coloca en el centro con el deber de elegir qué papel queremos interpretar en la trama del doble filo del caos: ejercer como causa del problema o servir como solución. Nunca, de una manera tan brutal, se ha presentado para una sociedad el reto de evaluar cómo las pequeñas soluciones personales inciden en la vida de los demás. La carga viral, camuflada en los microorganismos que diseminamos al salir a tomar el vino como si nada, al toser en mitad de la excursión para aprovechar el buen tiempo de los días libres, al apelotonarnos para arrasar los lineales de los supermercados, al no lavarnos las manos y tocar la barandilla de la escalera a la que luego se agarrarán otros más débiles, nos convierte en eslabones de una cadena de muerte exponencial.

       La opción soberbia de ignorar las recomendaciones sanitarias dispara la bala que ajusticia a los abuelos con las defensas bajas, a los enfermos graves, a los pacientes con problemas de coagulación, a los ciudadanos que no será capaz de atender el sistema si se rebasa su capacidad de respuesta, pese a la encomiable lucha de sus profesionales. El desafío arrojará la imagen fiel de la escala de valores, afianzada en la solidaridad, pero también la mezquindad de las luchas políticas y la ruindad de los egoístas que se niegan a interpretar que sus comportamientos, aunque no les reportan un beneficio personal, sí que inciden en el bienestar del colectivo. La crisis examinará a la sociedad, acostumbrada a derivar en sus administraciones la responsabilidad política de los gestos para la galería. Yo elijo no darle ventajas a la muerte en esta partida de ajedrez. Salen negras. Como peón, sin necesidad de alistarme en el papel de héroe con el que motivan a los que no comprenden que sólo es lo que deben hacer, ME QUEDO EN CASA. Trancad por dentro."

lunes, 16 de marzo de 2020

MIS REFLEXIONES DESDE EL CONFINAMIENTO DOMICILIARIO (1)


Monumento al NEGRILLÓN (víctima de la grafiosis)

      En este mundo globalizado que nos ha tocado vivir, todo se sobredimensiona con una velocidad  "viral" (¿o vírica?). Las noticias, envueltas en continuas contradicciones, circulan pos las redes sociales como alimentos de "usar y tirar". Los plazos de caducidad son cada vez más cortos y fugaces. Nos invade la repentización. Todos queremos ser "expertos de y en todo", y los técnicos y profesionales quedan en un segundo plano. A pesar de todo, la PANDEMIA DEL CORONAVIRUS impone un exacerbado respeto.

      ¿Alguien se atreve a poner en duda el dicho de no hay mal que por bien no venga? Tenemos que reflexionar muy seriamente, pues en ello nos VA LA SALUD Y LA VIDA (y únicamente disponemos de una vida). ¡Seamos solidarios y hagamos caso a los técnicos sanitarios! ¡No basta con los aplausos!

TALA Y REPOBLACIÓN FORESTAL DEL "PARQUE DE EL SOTO"





















ODA-ELEGÍA AL "CORONAVIRUS"

Cuando ya nos ha invadido
este virus tan tremendo,
tenemos que valorar
lo que llevamos por dentro:
Una vida limitada
con proyección a lo eterno,
pero quebradiza y frágil
como una caña ante el viento;
un organismo viviente,
un muy valioso instrumento,
un tesoro incalculable,
un reloj casi perfecto.

Si no reponemos piezas,
provocamos desaliento;
hay que vivir con prudencia,
hay que avanzar con sosiego.
Nuestra vida sólo es UNA
y no tiene aplazamiento;
si vivimos en la fe,
nuestro destino es perpetuo.