PALACIO DE LOS GUZMANES, sede de la Diputación Provincial
Los últimos acontecimientos de la vida política, provincial y nacional, pueden dar pie a comentarios tópicos y habituales: "ya se veía venir", "el poder y la ambición de dinero corrompen a las personas", etc. Sin embargo, eso no quiere decir que estos comportamientos de nuestros "representantes políticos" tengan justificación alguna, pues atentan contra lo más sagrado de nuestra sociedad democrática. Desde todos los ángulos de valoración, estas conductas deben ser condenadas con el rigor implacable de la justicia (ante la cual TODOS SOMOS IGUALES).
Los cientos de páginas de prensa y los comentarios televisivos de la última semana se han hecho eco de tan execrables comportamientos políticos y empresariales. Por ello, una vez más ÁLVARO también ha comentado la noticia desde su columna LA LIEBRE con el título EL SISTEMA.
DIARIO DE LEÓN (2-11-2014)
"Aquel hombre que empezó de rey mago en las cabalgatas para ganarse a los pueblos de Cuadros duerme desde el jueves en Soto del Real, invitado por la Audiencia Nacional. No hay mucho trecho entre los dos escenarios, salvo el temporal, porque, cuando uno se acostumbra a ser obsequioso, se acorta el camino entre la tradición y la costumbre, entre la caja de puros para quedar bien con un tertuliano y el contrato para que hablen bien ante la cúpula del PP y perpetuarse en el cargo. Querer es poder. Y Marcos ha querido mucho. Ha querido tanto, que ha terminado por convertir el poder en una celda, literalmente, en la que dar cabida a una ambición que sublimó durante años como dama de compañía de Isabel Carrasco; a su sombra aprendió todos los vicios, sin contar con apenas ninguna de las cualidades. La situación resultó tan alienante, que al final se abandonó al convencimiento de que las relaciones se basan en que unos favores se pagan y todos se cobran porque lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Por eso, de abrirle la puerta del coche a la presidenta a que se la abriera la Guardia Civil a él apenas han pasado cinco meses. La trama descose el dobladillo con el que zurce el PP sus encajes. A la espera de que el juez demuestre si había pactado beneficios de las adjudicaciones, las pruebas revelan la existencia de grupos de poder que mueven los hilos de las candidaturas para colocar a los próximos, como buena logia masónica, y en los que Martínez Barazón se apoyó para conseguir su objetivo. Una tramoya que el partido quiere ocultar con el desamparo al que le han condenado desde un principio, sin concederle la presunción de inocencia de la que gozaron otros ilustres como Bárcenas, como si tuvieran prisa esta vez por personarse como acusación particular. Un cinismo que hace que todos los populares se pongan de perfil, incluso ante los diputados provinciales a los que han colgado la letra escarlata. No se acuerdan de que Herrera le gritó en el mitin en primavera aquello de "Marcos, capitán", porque resulta que el capitán era el de verde de la Guardia Civil que le sacó del brazo. Se trata de negar que el problema no es una persona, sino el sistema; en la intimidad, el 90% de los cargos no bajaría de dos años y un día: aquí una parcelina que cambiar a urbana, acá una información privilegiada, allí un contrato de farolas, allá unas obras por urgencia que caen a los mismos... No lo hacen porque quieren, sino porque pueden. Y Marcos quería poder."
DIARIO DE LEÓN (2-11-2014)
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