De izq. a dcha.: Jesús Torinos, Fernando Vázquez, Cristina Fdez., José-Ignacio Viejo, Roberto Pérez, Félix Población, Santiago Viejo, Mª Inés Díez, Luis-F. Viejo, José-Ignacio Fuertes, Alfonso Vélez y Manuel García Caballero. BOÑAR, 6 de Enero de 1982
En mi entrada sobre LA PASTORADA LEONESA, ya hacía alusión a la paciente labor de DON CARLOS cuando grabó en una cassette el Auto de los Reyes Magos, que Tomás y Calixto le fueron recitando de memoria. Posteriormente, lo transcribió y dejó copia y constancia con fecha uno de diciembre de 1980.
Después de algunas consultas, conseguí dar con uno de los actores de aquella representación del año 1982, Fernando Vázquez, que me proporcionó una serie de fotografías (hechas por Foto AMIGO) para poder elaborar esta entrada. Gracias infinitas, Fernando, por tu valiosa colaboración y por el doble papel (Sabio y Contradiciente) que "bordaste", junto con el de Herodes (de Chucho Torinos).
Herodes consulta con uno de los Sabios de la Corte
Al contemplar hoy la foto del grupo, uno rejuvenece nada menos que treinta años y puede observar que, menos dos o tres, todos los demás actores son padres/madres de familia con hijos creciditos.
Los Magos comparecen ante Herodes
GRUPO DE ACTORES.-
HERODES: Jesús Torinos.
PAJE: José-Ignacio Viejo.
DOCTOR y CONTRADICIENTE: Fernando Vázquez.
REYES MAGOS: Roberto Pérez, Félix Población y Luis-Fernando Viejo.
PAJES: Fonso Vélez Salán, Manuel García y José-Ignacio Fuertes.
VIRGEN MARÍA: Mª Inés Díez Gutiérrez.
SAN JOSÉ: Santiago Viejo Rodríguez.
ÁNGEL: Cristina Fernández.
Sin menospreciar el papel de los demás, el verdadero "papelón" corrió a cargo de Chucho y Fernando. Dos auténticos actores, dotados de grandes cualidades dramáticas. Todavía hoy me viene a la memoria el momento de máxima ira de Herodes que desató el llanto de algún niño de los presentes en la representación. Por eso, paso a entresacar ese momento crucial del diálogo entre Herodes y el Contradiciente:
HERODES.- ... Pero ¿por qué temo yo que haya nacido ese Rey rapaz si, a pesar de todos los naturales, supe hacerme Rey? ¿No ha sido el César quien me ha dado esta corona? ¿No tengo al Imperio Romano de mi parte? Pues, por estragos que hagan todos en defenderle, todo le será muy bien cumplido... Y a esos Reyes extranjeros, yo me les daré las albricias que merecen... pues, si piensan volver a sus tierras con la enhorabuena, viven muy equivocados, pues han de quedar hechos ejemplo de mi castigo y blanco de mi rigor.
CONTRADICIENTE.- ¡Ah, fementido Herodes! ¡Rey asesino! ¡Sacrílego! ¡Embustero! ¡Ambicioso! ¡Revolvedor de pueblos! ¿Por qué te turba esa nueva y feliz que han traido hoy los Reyes Magos por ésta? ¿Por qué esas tus malas ideas se entristecen? ¡Ah, esos son indicios de tu silencioso temor, que te rodea de plano!... Pues, según por lo que veo y dejo relacionado, veo tu poder abatido, ese tu orgullo humillado, y después dirán todos: ¿es éste el rey Herodes? ¿Es éste el que quería agotar la sangre macabea? Pues a tal punto llega el fanatismo de los reyes ambiciosos...
La foto no es capaz de recoger toda la fuerza dramática y la plasticidad de la escena
Villancico (LOS REYES MAGOS)