Esperando un NUEVO AMANECER
Cumplida con creces la tercera semana de CUARENTENA, los "medios" nos siguen actualizando diariamente los DATOS (¿CIFRAS MATEMÁTICAS FIABLES?) acerca de la pandemia del COVID-19. Personalmente, pienso que el VIRUS no ha sido más que UN ALDABONAZO A NUESTRAS CONCIENCIAS. ¿Es acaso lo más preocupante la recuperación del sistema económico o, tal vez, lo primordial es la construcción de una NUEVA ESCALA DE VALORES?
Desde la fe o desde un planteamiento antropológico y humanista, se impone una reflexión trascendental. Nuestra sociedad ha perdido el norte; andamos desnortados. Estamos dando más importancia a LO SECUNDARIO, y olvidamos LO VITAL (= salud, sanidad, derechos humanos...). Los MEDIOS nos han taponado y silenciado el FIN: LA VIDA HUMANA. El materialismo galopante nos está exigiendo una investigación profunda por otros "derroteros". Es urgente PENSAR Y RECUPERAR LA VIDA (así, con mayúsculas).
Al hilo de estas consideraciones, vuelvo a la columna periodística de Álvaro que, bajo el título CUÍDATE, nos da otra perspectiva de la actualidad.
Primavera en el parque, ¿y en la sociedad? (I). Boñar desde la distancia: ¡SALUD, paisanos! (D).
"Recuperar las fórmulas de cortesía nunca ha sido tan necesario. Ya nadie dice adiós. Ni mucho menos, hasta mañana. Porque mañana no se sabe cuándo va a ser dentro de este horizonte que ha logrado cumplir el sueño de Dalí de reblandecer el tiempo hasta doblegar los relojes. Ahora se dice cuídate. Cuidaos: una fórmula de cortesía que, en estos momentos de eslóganes, de quédate en casa y todo va a salir bien, adquiere una nueva dimensión que no habíamos previsto. Cuídate ya no es la manera en la que nos despedíamos de alguien a quien hace años que no veíamos y pensábamos no ver en otros tantos. Cuídate, en estos días, toma la cercanía que había perdido con el manoseo de las frases hechas, de las que tiramos para manejarnos en la vida diaria como etiqueta de educación. En estos momentos, cuídate se lanza como un salvavidas que no se puede rechazar.
El mantra con el que cerramos las conversaciones por teléfono, las charlas furtivas en la cola de la compra, los mensajes de móvil que nos atan a la cadena invisible de la comunicación tecnológica, acorta la distancia social con la que el virus quiere expulsarnos de nuestro modelo de vida. Nos cuidamos para los demás porque nunca fue tan generoso el gesto egoísta de mirar primero para uno mismo; una actitud de la que solo escapan los sanitarios y profesionales que se han convertido en escudo para el resto de los que aspiramos a cuidarnos sin otra vocación que el impulso vital. La defensa enlaza con un discurso plagado de eufemismos para hacer digerible la avalancha de cifras de muerte que nos sirve el parte, casi instantáneo, de las horas que hemos convertido en curvas a las que buscamos el pico sin darnos cuenta de que esta línea recta no tiene vértices. Con el ánimo de envolvernos en la lingüística de lo ambiguo, hablamos de perder la vida, después de darnos cuenta de que la gente se muere sin explicación aparente, sin enemigo a la vista, sin apenas batalla en la que vender caro el boleto, sin mascarilla con la que protegernos de la realidad. Se mueren personas. Se están muriendo y se van a morir más. Ha tenido que venir una epidemia para que caigamos en que éramos mortales, en que dependíamos los unos de los otros aunque ni siquiera nos conociéramos de vista, aunque pensáramos que la globalización no se escapa de una ventana de Internet. Cuídate. Es una orden."
¡Gracias, VANESA, por poner música y voz a la situación!
4 comentarios:
Seguimos Pedro....un abrazo.
Hay que seguir. ¡SALUD, familia!
¿Hay algún caso de coronavirus en Boñar?
UNO, que se sepa. Saludos.
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