viernes, 30 de noviembre de 2012

¿A QUÉ JUGAMOS HOY? JUEGOS INFANTILES (6)


EL JUEGO DE "LAS CANICAS"
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
     
      Estamos ante uno de los juegos tradicionales más antiguos. Conocido también como boliches, bolitas, bolindres, bolillas, pelotitas, bochas, metras, chibolas o polcas... Se trata de pequeñas esferas de vidrio, arcilla, metal, alabastro o cerámica utilizadas en muchos juegos infantiles a modo de juguete.
      Es aconsejable jugar sobre suelo de tierra, ya que en superficie dura rebotarían demasiado. Para empezar, necesitamos un GUÁ (hoyo de unos 8 cms. de diámetro y 3 ó 4 cms. de profundidad; y a unos 5 mts. del GUÁ trazamos una línea, desde la cual los participantes lanzan sus canicas en dirección a él. Para establecer el orden de participación, antes lanzarán desde el GUA hacia la línea y, según la distancia, el primero será el más cercano a la misma y así sucesivamente. Pueden participar dos o más jugadores.
 
      Aunque hay distintas formas de jugar, en mi infancia jugábamos así:
 
      * Hay que golpear la canica del contrario, antes de embocar en el GUÁ, con los siguientes pasos: DEDO, CUARTA, PIE, BOLA y CARAMBOLA (mediante los dedos pulgar e índice). El que lo consigue, gana una canica, y el perdedor queda eliminado para pasar el turno al siguiente.
 
      * Otra posibilidad es ir lanzando la canica hacia el GUA. Si la metes en él, ganas; el que no lo consigue, pierde una canica.
 
      * Otra forma de jugar es la de los seis hoyos.  Éstos se numeran del 1 al 6, y los jugadores tienen que ir embocando sucesivamente en todos los hoyos (o GUÁS). Gana quien primero meta su canica en el guá número 6.
 
 
 
 
 
      OTROS JUEGOS INFANTILES.-
 
       Para terminar esta serie de entradas sobre los JUEGOS INFANTILES TRADICIONALES, voy a enumerar simplemente los nombres de otros juegos. Son los siguientes:
 
       * LOS PLATILLOS (con los casquillos de las botellas de refresco).
 
       * LOS TACONES (con los billetes de tren -el Hullero o la Renfe-).
       
       * EL PITE (con las paletas o palmetas de "madera").
 
      NOTA.- El juego de los PLATILLOS y el de los TACONES se practicaban sobre la acera, en superficie lisa. El juego del PITE se puede desarrollar en espacio abierto y en cualquier superficie.
 
 
  
 
      
 
 
 
     
 
  

martes, 27 de noviembre de 2012

(DESDE LA COLUMNA AJENA -3-). VA A NEVAR

Boñar nevado (diciembre de
2009)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
VA A NEVAR
 
 
       Con la nieve en el puerto de San Isidro y a punto de abrir la estación de esquí; después de un verano-otoño abundante en avispas y alguna tímida nevada en octubre... parece que se van a cumplir los pronósticos invernales. La última columna de Álvaro así lo adelantaba el pasado domingo.
 
      "Por estos pagos de noviembre, se le enredan a la luna las nubes como urces. Mañanean los días anestesiados por la niebla legañosa, con la escarcha espejada en las fuentes, y corren los embozos de boca en boca, como si una plaga de beatas hubiera conquistado la ciudad con sus rosarios mordidos. La tarde se hace vieja poco más allá de las seis y, en una de esas pausas en las que León lleva dormido más de dos siglos, bajo alguno de los árboles desnudos que atormentan los parques y las plazas, una partida de jubilados que acaba de bajar del pueblo después de los Santos cumple con su papel de heraldos del invierno: Si templa un poco, va a nevar.
      Cuando en León se invoca a la nieve, resucitan los fantasmas de los inviernos que han marcado el carácter de esta tierra.
      Inviernos fríos de tajo en el rostro por los puertos de noche para encontrar las yeguas que ronda el lobo; inviernos ácidos en los que mirar para la tierra abierta en surcos vacíos; inviernos en los que cavar galerías heladas para que las vacas puedan bajar al pilón; inviernos de meses de aislamiento con la matanza en el arcón y la chapa de la trébede sin pausa; inviernos de filandón en la cocina y hogar bajo las mantas; inviernos de rezo para que no se ponga malo padre y haya que salir a la carrera a espalar hasta el pueblo vecino para que den aviso al médico; inviernos en los que velar al abuelo al relente en el corral durante tres días, a la espera de que escampe para poder subir al cementerio...
 
 
Nieve primaveral sobre Boñar (abril de 2012).
 
 
 
 
 
 
 
 
 
       Aquí, donde siempre se espera al invierno porque nunca lo come el lobo, ahora el invierno ha tomado escenario más allá de su papel de souvenir para turistas y esquiadores. El invierno son personas que duermen en la calle, resguardados en los soportales de la plaza Mayor; el invierno lo eternizan regimientos de parados a las 08:30 horas a la puerta del INEM de Ramón y Cajal; el invierno se agazapa detrás de los recortes de auxilios sociales de las administraciones públicas; el invierno entra por la puerta del Banco de Alimentos, de Cáritas o Cruz Roja, con las manos metidas en el abrigo y la vergüenza en los pies; el invierno tiene la cara de un anciano que espera el cierre de las fruterías de San Mamés para rescatar una gavilla de judías verdes entre los restos abandonados junto al contenedor...
 
      Por lo menos, si nieva mucho, que no nos entierre".
 
 
 
Pico Cueto cubierto de nieve a mediados de abril de 2012
 
 

 

sábado, 24 de noviembre de 2012

¿A QUÉ JUGAMOS HOY? JUEGOS INFANTILES (5)


 
 

Muchachos jugando a LA PEONZA, y primer plano de la misma
 
 

      En esta quinta entrada sobre los juegos infantiles, le toca hoy el turno a LA PEONZA (también llamada TROMPO, PEUCA o PIUCA, o PEÓN). En mi recorrido por GOOGLE, he encontrado abundantísima información sobre el tema; de todo ello paso a hacer una exposición resumida.
 
      A LA PEONZA se juega desde hace dos mil años. Ya CATÓN, hombre del estado romano, recomendaba este juego a los padres, argumentando que se trataba de un pasatiempo más adecuado para los niños que los dardos. También VIRGILIO explicó su manejo en los versos de La Eneida (VII, 378). En el Museo Británico, se conserva un ejemplar de Thebas del año 1250 a.C. Igualmente PLATÓN, en su diálogo La República, menciona los strobilos (= peonzas), que silban cuando giran alrededor de un anillo. Y otros muchos autores hablan de LA PEONZA: San Basilio y Perse... Se trata de un juego muy extendido en la Europa del siglo XIV, así como entre los amerindios del Norte y del Sur, antes de la llegada de los primeros colonizadores.
 
      La PEONZA es un juguete de madera, de forma cónica y terminado en una punta metálica, llamada REJO; sobre ella se enrolla una cuerda para lanzarla y hacerla bailar. Antiguamente, las fabricaban los propios niños -con o sin ayuda de los adultos- con madera de haya o encina, que tallaban toscamente, y les colocaban un clavo de hierro sin cabeza como punta. Para evitar que la cuerda se escapase de la mano, solía anudarse en el extremo un trozo de palo, una arandela o, lo que era más frecuente, una moneda de dos reales (aprovechando su agujero para hacer el nudo).
 
      Las formas de jugar eran muy variadas. En el fondo, se trataba siempre de lanzar LA PEONZA por medio de la cuerda y hacerla bailar. A partir de ahí, había numerosas variantes:
 
 
 
      A) COGER EL TROMPO CON LA MANO.-
         Los jugadores lanzan simultáneamente sus peonzas y luego las cogen con la mano, sin que dejen de bailar. Supone toda una técnica conseguir que el trompo suba a la mano, entre los dedos índice y corazón. Gana el que consiga mantener más tiempo girando su peonza.
 
      B) SACAR OBJETOS (cajas de cerillas, canicas, "perras", peonzas, cromos...).-
         Se marca un redondel o cuadrado (de unos dos metros de diámetro), en cuyo interior cada jugador coloca el objeto que se apuesta). El primero lanza su PEUCA y la coge con la mano; luego, mientras está bailando, la lanza sobre los objetos colocados en el interior intentando sacarlos de él, pues gana todos los que pueda sacar (siempre que la peonza esté bailando). Cuando el trompo se para, pasa el turno al siguiente jugador, y así sucesivamente hasta que no quede nada en el círculo o cuadrado.
 
      C) ROMPETROMPOS.-
         Consiste en lanzar la PEONZA violentamente sobre la de los otros intentando detener su baile.
 
      D) OTRA DE LAS MANERAS.-
         Se marca un círculo en el suelo y, por turno, se lanza el trompo para que baile dentro. Mientras baila, el jugador intenta sacarlo con ayuda de la cuerda (ver foto superior). Si lo consigue, no pasa nada; pero, en caso contrario, todos los demás arrojan sus peonzas contra él hasta que, por efecto de alguno de los porrazos, sale del círculo. Queda entonces libre y comienza de nuevo el juego tirando el jugador siguiente.

 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

(DESDE LA COLUMNA AJENA -2-). MORAS.


MORAS

La familia al completo en el cumpleaños de MATEO.
 
      Aunque estemos en el tramo final del OTOÑO (mi estación preferida y época de la recolección), este artículo viene muy a cuento, pues sobre el OTOÑO hemos publicado entradas Manolo, Conchi y yo; y todas ellas referidas al entorno de Boñar. Gracias, una vez más, a mi hijo Álvaro por esas perlas que nos deja en su columna periodística.
 
 
 
 
 
      "Veníamos de coger moras con el delito en el marco de las uñas como personajes de Camus. No sabíamos nada del paso del tiempo y arrebañábamos los restos del verano que quedaban en el dobladillo de la falda de los zarzales, donde estaban las más cuajadas, las más dulces, las más salvajes: una lección para la vida. Nos explotaban en los dedos, con su tacto lascivo, hiriente, como un bálsamo por encima de las heridas con las que nos tatuaban el dorso de la mano las espinas para marcarnos el precio de los sueños. Teníamos que crecer, como un reto, un destino, pero no sabíamos que cada septiembre era una pérdida.
      Septiembre volvía a empezar cada curso. Aparecía con menos horas por las tardes y se colaba en casa con deberes para mañana. Olía a libros sin desencuadernar, sonaba a dictados al compás del cincel de la tiza en la pizarra, acariciaba con los besos para madrugar, sabía al pescado de la cena, se veía como un adiós al escondite de las obligaciones... Aprender era un puñado de renuncias que nos enseñaban, pero no entendíamos por qué la escuela era lo mejor para nosotros.
 
 
 
 
      La escuela ensanchaba la familia. Se injertaban en el árbol genealógico maestros con huella, se hermanaban amigos que lo serán para siempre y amanecían personajes de reparto para crear un decorado a la vida, cuando la vida todavía planeaba un escenario. Marcas de agua que aparecen cuando nos palpamos despacio los recuerdos compartidos. Empezábamos a quemar etapas, pero no adivinábamos que con cada curso desaparecíamos un poco. El curso se reinventaba en cada alumno, en la máxima de que el valor de una sociedad equivale al potencial multiplicador de la siguiente generación. Lo contrario que nos sucede ahora, cuando en la educación triunfa la reinterpretación del minimalismo: 125 profesores menos en León sirven para educar con más calidad a 500 alumnos a mayores. La proporción inversa de un Gobierno del PP que divide la educación en tramos de renta de los padres, igual que el PSOE redujo la enseñanza a la dictadura de los mediocres. Criterios de rentabilidad como convertir la atención a los discapacitados del Colegio Sagrado Corazón en un debate político de ruines que desnuda las vergüenzas de Junta y Diputación. Manchas de mora que, si no fuera por las semillas que nos quedan en los dientes cuando las mascamos, no habría verdes con las que quitarlas".
 
 
 

 





 
 
 


domingo, 18 de noviembre de 2012

(DESDE LA COLUMNA AJENA -1-). LA FERIA DEL PILAR

LA FERIA DEL PILAR.-

















Lo que va de ayer a hoy: De nieto de LA LIEBRE a padre de dos jabatos: MARTÍN y MATEO.







        Hace dos años, mi hijo Álvaro pedía permiso a su abuela Rogelia para bautizar su columna periodística con el nombre de LA LIEBRE, su abuelo materno. Hoy, hecho todo un padrazo, me ha concedido permiso sin condiciones para que entresaque algunos de sus artículos (verdaderas joyas -y no es amor de padre-) y los traiga a mi blog, en el que él tiene mucha parte de "culpa". Sirva, pues, de cariñoso homenaje a los dos: LUMI y ÁLVARO.
 
 
 
      Mi abuelo me cogía de la mano, en cuyas líneas se definía entero el mapa de mi mundo, y me paseaba por entre aquellas filas de ganado. Hileras de vacas atadas a las estacas que mugían y cabeceaban con su bostezo a cámara lenta. Los mejores ejemplares de la montaña, expuestos al sol de la mañana en las Revillas, por la feria del Pilar de Boñar, mientras los paisanos les palmeaban los cuartos traseros para tentar su capacidad de enjendrar jatos sanos. ¿Cuánto quiere por esto? -lanzaba el tratante al ganadero para hacer de menos a la res-. No mucho, lo que vale, contestaba el aludido para iniciar la danza de la oferta y la demanda. Una tienta que incluía varios rehúsos e, incluso, la entrada de algún gancho que venía detrás para insistir en la poca valía del vacuno, antes de que volviera el comprador y se cerrara el trato con un apretón de manos. El gesto franco e inamovible con el que, durante décadas, se construyó el presente de esta provincia, en la que el valor de un hombre se medía por la marca que dejaba en la tierra.
 
 
Monumento al ganadero
 
 
      La feria se abría después de un verano de hierba y pastos, tras una otoñada plácida detrás de la que se agazapaba el invierno de pesebre estabulado.
      Había junto al ganado puestos de aperos, sillas de montar a la española y bridas para los potros, trócalos para cuando las vacas se entelaban, tratamientos para la mastitis, cachas con la cabeza de un mastín tallada en el mango, botas de piel, calcetines de lana gorda...
      Poco más que un testimonio en los puestos que hoy, sin ganado, se limitan a ser una copia del rastro dominical en la que se intercalan ofertas de pimientos, tomates, ajos y avellanas. La muestra de la realidad en la que se debate una provincia con apenas 500 explotaciones.
      Cuadras de supervivientes que tiran de las ubres de un sector en el que las grandes distribuidoras y los intermediarios especulan con el precio hasta dejarlo por debajo del coste de producción, pero muy por encima de lo que marcan en los lineales de los supermercados; mientras la Junta mira para otro lado con su sello de garantía creado para dar valor a Gaza, a costa de intentar unificar al resto, y los sucesivos gobiernos y la UE dan vía libre a que las importaciones se dupliquen para atender la demanda, con tratos desiguales.
      ¡Qué diferente de aquel mundo de las manos de mi abuelo!.
 
 
Feria del Pilar (Boñar, 2012)
 

 
 

 


miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿A QUÉ JUGAMOS HOY? JUEGOS INFANTILES (4)

 
Parque infantil en la Plaza del Negrillón
 
 
 
      A propuesta de VALE y después de consultar en GOOGLE (REVISTA DE FOLKLORE -Fundación Joaquín Díaz), voy a tratar en esta entrada sobre EL JUEGO DE LA DOLA.
 
      Como juego de habilidad y competición en el salto, consiste en saltar, desde una raya, por encima de un compañero que se encuentra agachado en el suelo y apoyando en él solamente las manos (tiene cierto parecido con EL BURRO, o A LA UNA ANDA LA MULA). Pueden participar desde tres hasta los que se quiera, pero el número más aconsejado es de el de diez. La MADRE es la que manda en el juego y es la primera en saltar; detrás de ella, saltan los demás compañeros, según el orden de participación seleccionado al dar la china.
      Al iniciar el juego, el BURRO se coloca a una distancia de un pie y medio de la raya marcada en el suelo (que se mide colocando un pie a lo largo y el otro a lo ancho). Una vez que el BURRO se ha colocado en su sitio, la MADRE empieza a mandar las modalidades que componen el juego, teniendo en cuenta que, por cada ronda o modalidad de saltos que se hace, el BURRO, para dificultar más el salto, se separa de la raya un pie y medio.
 
 
Burros paciendo en la finca de La Calzada
 
 
      MODALIDADES DE "LA DOLA".-
 
      La PRIMERA es la que ordena la MADRE en el juego, y consiste en saltar EL BURRO normalmente desde la raya.
      La SEGUNDA modalidad que manda la MADRE, una vez que el BURRO ha avanzado un pie y medio, es "DOLA" o "MEDIA", y consiste en efectuar el salto, bien sin pisar la raya, o bien poniendo un pie entre la raya y el BURRO.
      La TERCERA se llama OBLIGA y se realiza de la misma manera que la indicada anteriormente, DOLA, y la ordena la MADRE cuando el BURRO se encuentra aún cerca de la raya, ya que, a medida que se va separando de la misma, se hace más difícil el salto, hasta llegar a ser imposible realizarlo.
 
 
Niños jugando en el Negrillón
 
 
      La CUARTA modalidad es conocida como DOMINÓ, y consiste en saltar e ir formando burros sucesivos, en forma de fichas de dominó, de forma que, una vez que la MADRE salta, se coloca detrás del BURRO en sentido longitudinal. El segundo participante debe saltar estos dos burros y colocarse detrás de la Madre, en sentido transversal, formando el tercer Burro; y así sucesivamente. Esta es una modalidad de las llamadas eliminatorias, puesto que, a medida que el Burro va aumentando de componentes, se va haciendo más complicado el salto, hasta llegar a ser casi imposible el mismo.
 
      La QUINTA es la MARIPOSA GRUESA, que consiste en saltar, uno a uno, los sucesivos burros de una cadena que se va formando a medida que se salta. Estos Burros están unidos entre si, estirando los brazos hacia el suelo y agarrándose con un dedo de la mano. Existe también la MARIPOSA FINA, que es igual que la anterior, pero, en vez de agarrarse los Burros con el dedo, se tocan ligeramente con la yema de un dedo. En ambas modalidades, se permite que el saltador toque con las piernas en los brazos de la cadena de Burros, pero no separarlos, pues esto sería motivo de falta.
     
      La SEXTA es el SALTO SIN MANOS que, como su nombre indica, hay que efectuarlo sin tocar al Burro con las manos. Cuando el Burro se ha separado de la raya una distancia que hace muy difícil el saltar desde la misma, la Madre manda efectuar los saltos dando el número de pasos que estime conveniente y con las siguientes variaciones:
 
          a) PASO. Se hace dando dos saltos seguidos, el primero con un pie y el segundo con  el otro.
          b) OCHAVO. Consiste en dar dos saltos seguidos: el primero con los pies juntos, y el segundo con los pies separados.
          c) A LA PATA COJA, que consiste en dar pasos apoyando un solo pie.
          d) CON LOS PIES JUNTOS. Tal como indica el nombre de la expresión.
 
 
Más borriquitos, cerca de la carretera
 
 
 
      DIFICULTADES.-
 
      La MADRE, para dificultar más el juego, puede poner ciertas limitaciones a las modalidades. Así, después de ordenar cada modalidad, puede imponer dichas limitaciones diciendo una o más palabras de las siguientes:
 
          a) CARRERA. Esta palabra significa que cada jugador, y desde que empieza la modalidad, no puede pararse ni un solo momento.
          b) CARRETE. Indica que, desde que salta la Madre, todos los participantes deben estar corriendo, aunque sea sobre el porpio terreno, y no pueden perder tiempo entre el salto del que le precede y el suyo.
          c) CANDAO CERRAO. Indica que no se puede hablar, ni reírse, desde que salta la Madre hasta que salta el último. Solo se puede hablar estando tocando a la Madre o al Burro.
          d) COMO LA LUZ. Se dice para imprimir mayor rapidez a la carrera y al carrete.
 
      La Madre puede eliminar estas limitaciones o dificultades diciendo: se corta la Carrera o el Carrete, o Candao abierto. Si ella no dice lo contrario, las dificultades pasan de una modalidad a la siguiente.
 
      NOTA FINAL.- 

 
       Existen otras reglas particulares. No obstante, pienso que los PEQUES -por hoy- tienen suficiente con lo apuntado. Si alguien tiene interés por conocer dichas reglas, puede indicarlo mediante el correspondiente comentario, o bien consultar en GOOGLE. Gracias.