jueves, 27 de junio de 2019

EL PANTANO DEL PORMA Y LAS RESERVAS HIDROLÓGICAS


El PANTANO desde el Mirador de VEGAMIÁN

       En medio de una ola de calor de procedencia africana, infrecuente por estas fechas, viene a cuento reflexionar profundamente sobre la SEQUÍA que nos está azotando últimamente. En nuestros días cuando, desde las redes sociales, se vuelcan las opiniones más infundadas acerca de cualquier tema, conviene escuchar la voz de los profesionales entendidos (meteorólogos, geólogos, etc.), y no echar en saco roto el problema del calentamiento del planeta TIERRA.

       Hace un año, celebrábamos el 50 aniversario de la inauguración del PANTANO DEL PORMA (o PRESA DE JUAN BENET) con una serie de actos festivos y con la publicación del libro PEÑAMIÁN, LA HISTORIA BAJO EL AGUA /José Antón Acevedo, Isidoro de la fuente Bayón y Ángel-Luis Martínez, García (+)/, en homenaje a los ocho pueblos anegados: Vegamián, Campillo, Utrero, Lodares, Ferreras, Quintanilla, Armada y Camposolillo. Por entonces, el agua embalsada alcanzaba los 303,1 hectómetros cúbicos (95,6%), sobre los 317 de su capacidad total. A pesar del invierno predominantemente seco, lo mismo que la primavera, hoy el pantano registra la cifra de 249,3 hectómetros cúbicos (78,64%); lo que garantiza la temporada de riego.

       Atrás queda el sacrificio de los pueblos anegados, en favor de la "tierra de campos", y otros avatares de nuestros lugareños, emigrados a otros lares. Imaginemos, no obstante, cómo estaríamos hoy si no se hubieran construido los embalses (para el riego y la producción de energía eléctrica). Por encima de todo, debemos honrar la memoria de nuestros compaisanos (vivos y difuntos) que se inmolaron en favor de otros pueblos.


SECUENCIAS DEL PANTANO EN EL ÚLTIMO AÑO