lunes, 16 de mayo de 2011

RECUERDO-HOMENAJE DE LA DÉCADA 1979-89



      Como máximo responsable que fui del Colegio Municipal Homologado "PABLO DÍEZ-ROSARIO GUERRERO" (BUP-COU) , no puedo sustraerme a un cierto halo de nostalgia recordando la celebración que tuvimos el 21-09-1989. La idea de aquella fiesta-homenaje fue el resultado del contraste entre profesores-alumnos del último curso académico 1988-89, principalmente del "grupo motor" de la revista PORMA (aparecida en las Navidades).
     El objetivo primordial que perseguíamos con tal efemérides era aglutinar, a modo de balance desapasionado, a todos cuantos formamos parte de aquella comunidad escolar durante una década. Y, una vez más, la invitación pública se hizo a través del Diario de León (vehículo que fue entonces de mis debilidades por la cultura, el deporte y el ocio civilizado).


     El programa, en síntesis, consistió en una cena de reencuentro en el Hostal Nisi y un baile especial en el "Disco Jardín MI VIDA LOCA". Sin afán de petulancia, quedaban excluídos los nostálgicos-sensibleros, puesto que no se trataba de ninguna despedida ni final de nada. Intentaba ser, ante todo, un reencuentro, un "cuánto tiempo sin vernos", un saludo cariñoso de amistad sincera y sentida.
     Probablemente fuera por deformación profesional, pero (hoy sigo pensando lo mismo) yo entendía que la educación es una tarea contínua e inacabada que está por encima de cualquier simpatía o antipatía; un reto inevitable qaue va forjando, pausadamente, el carácter de las personas; una tarea permanente que sólo admite pequeños remansos de reflexión, para seguir caminando ("sin prisa, pero sin pausa, como las estrellas... -que diría Goethe-).
     Se recomendaba dejar a un lado prejuicios, abulias e inhibiciones, puesto que teníamos un campo común que no había sido explorado suficientemente. Nos quedaba mucho camino que recorrer juntos; mucha labor que hacer codo con codo... Por eso, en la sobremesa de la cena, a mí se me ocurrieron estos versos:
Estudiantes, compañeros,
padres, paisanos, amigos...
él dijo que no hay caminos,
sino estelas en la mar.
Estelas de letra impresa,
de rutina, de problemas...
en la labor de educar.
Hoy quiero de nuevo veros
y, en un saludo de amigos,
recordar nuestro pasado,
desbrozar nuestros senderos;
y, en un abrazo sincero,
construir nuestro cantar.
Estudiantes, compañeros,
somos todos el camino
que hemos soñado al andar.



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